La moda incomoda Eso es algo que hemos venido escuchando desde siempre y muchas veces hemos sido protagonistas de esta frase, estando metidas en trajes que no entendemos en qué momento de debilidad consumista decidimos adquirir. El hecho es que no siempre lo que está de moda favorece, y a veces mejor pasar por demodé o apostar a lo clásico antes que vestir algo que visiblemente nos desfavorece. Es importante primero que nada descubrir la característica de tu cuerpo, la principal: eres de pocas curvas, eres pequeña, tus caderas son prominentes, eres alta (o baja), tienes poco o mucho pecho… en fin, lo principal es mirarse realmente y lograr identificar aquella característica principal y entender si queremos resaltar u opacarla. Por ejemplo, si eres delgada y con pocas curvas, lo ideal es jugar con los volúmenes y la superposición de prendas para crear la ilusión óptica de esas curvas que no están. Además, si tus piernas son delgadas, puedes darte el gusto de combinar estas prendas con jeans a la cadera: este estilo de pantalón le queda bien a muy pocas mujeres. Si por el contrario eres de estatura baja y curvilínea te conviene apostar por los vestidos con corte ajustado a la cintura, combinados con un buen par de zapatos altos. Esto aportará fineza a tu figura y te hará lucir más alta y delgada. Si tenés caderas anchas entonces tu corte de vestido es el llamado corte imperio. No conviene que te arriesgues con estampados demasiado vistosos y nunca debes olvidarte de usar unos buenos zapatos altos. En cuanto al escote, si tienes mucho busto lo mejor es optar por el escote Halter, que además es muy elegante y destaca el cuello, los hombros y la espalda. También puede funcionar el strapless, aunque éste le da aún más protagonismo a los brazos que idealmente deben estar delgados. El escote palabra de honor, o strapless recto, es favorable para aquellas mujeres que tienen poco busto. También favorecen a las mujeres de poco busto las camisas con frunces o pliegues, ya que aumentan el volumen en esa zona del cuerpo. Finalmente, en cuanto a la altura, si eres baja evita los bolsos grandes o megabolsos que están de moda, porque pueden hacerte ver aún más pequeña. Además, una regla que queda bien para todas las estaturas es llevar un bolso de esquinas redondeadas, tamaño medio y a la altura de la cintura. Fuente: articulo.org/articulo/33199/moda_segun_tu_tipo_de_cuerpo.html La moda incomoda Eso es algo que hemos venido escuchando desde siempre y muchas veces hemos sido protagonistas de esta frase, estando metidas en trajes que n... Seguir leyendo... febrero 02, 2011
La corbata un accesorio indispensable de la elegancia masculina La corbata: inútil y necesaria La corbata expresa la personalidad de quien la usa, y se vuelve instrumento de gran importancia en las relaciones sociales. La caballería croata, en la primera mitad del siglo XVII, conquistó a los refinados parisinos con su característico accesorio: el pañuelo anudado alrededor del cuello, Rápidamente, el nuevo detalle se volvió un símbolo de la cultura y de la elegancia entre la burguesía francesa. El lenguaje de la corbata La corbata es la evolución natural del pañuelo de cuello, que en otras épocas tenía una función protectora. Su historia comienza en el momento en que adquiere un interés puramente decorativo. El término “corbata” (antiguamente “corvatta”) deriva del francés cravate, adaptación de la palabra croata hrvat. El mundo conoció la corbata en la primera mitad del siglo XVII, durante la Guerra de los Treinta Años. La ágil caballería croata conquistó a los refinados parisinos con su característico accesorio, o sea el pañuelo anudado alrededor del cuello. Por su originalidad, la corbata fue recibida en París como un símbolo de progreso y de cultura entre la burguesía. Ornamento indispensable de la elegancia masculina, expresa la personalidad de quien la usa y se convierte en instrumento de gran importancia en las relaciones sociales. La ritualidad de este accesorio puede expresar tanto una identidad social permanente como una identidad temporal, la que asume un individuo en ocasión de una fiesta, de una ceremonia, de un rito. Historia El primer accesorio del guardarropa masculino que se asemeja a la corbata se remonta al siglo III A.C.: la armada imperial de Huang-Ti, soberano del Celeste Imperio, llevaba una suerte de corbata. Otro antecedente es el focale romano, un paño que llevaba al cuello el legionario en la Roma de Augusto. A mediados del siglo XVII se siente la necesidad de embellecer y perfeccionar el cuello de la camisa con una especie de pechera de encaje o jabot, según la moda de Luis XIV. Pioneros de la verdadera corbata fueron los oficiales del regimiento de caballería ligera croata que llegó a Francia alrededor de 1636. Su uniforme preveía un cuello de muselina o de seda cuyas extremidades terminaban en un moño. Luis XV inclusive instituyó el cargo de “porta corbatas”. En 1661, la duquesa de Lavallière, favorita del rey, introdujo el indumento, precursor de la corbata que luego tomará su nombre, inclusive en el mundo de la moda femenina. Un siglo después, la moda será llevar una corbata negra. Se la hace girar dos veces alrededor del cuello para afirmarla luego con un nudo simple sobre el pecho. Durante la Revolución Francesa, Robespierre luce el corbatón en forma de pañuelo, con un nudo amplio y las puntas aleteantes. Ligada inicialmente al mundo político-militar, se transforma luego en el accesorio del dandi. Inspiradas por George Bryan Brummell, figura emblemática y referencia obligada en materia de elegancia masculina, la corbata es el elemento más importante en el arte de vestir. A pesar de los cambios de moda y de la metamorfosis de la vestimenta, el concepto de corbata resiste y pasa triunfalmente al siglo XIX que lo sublima. En 1828 se escribe un tratado para aprender el arte del nudo. Los modelos más comunes son el moño, la Ascot o Plastrón, con alfiler y la règate, aparecida en 1860, con puntas cuadradas y nudo flojo. En 1925 el corbatero americano Jesse Langdorsf inventó y definió la corbata actual alargándola y volviéndola más estable con tres segmentos de tejido cortados en forma oblicua. Evolución La corbata es un accesorio que ha sufrido continuos cambios no sólo en el tejido o en el corte sino también en el modo de llevarla. Mucho ha influido en años pasados el modo o la ocasión en que usan la corbata algunos personajes famosos, anticipando e interpretando varios estilos que no pasan nunca de moda. Hace años que el concepto de corbata se ha estabilizado en un aspecto uniforme. La moda influye solamente en las medidas, angosta, ancha, larga, corta, sin alterar la tradición. Colores En el siglo XVIII, en las cortes, en una época rica de encajes blancos, comienzan a aparecer lazos azules y amarillos. Estos colores tenían un profundo significado: el azul era sinónimo de nobleza, el amarillo representaba el poder. A mediados del siglo XIX es roja la corbata de los revolucionarios, negra la de los anárquicos, amarilla la de los clericales. A fines de ese mismo siglo ese punto de color alrededor del cuello comienza a perder gran parte de sus extravagancias y de su significado político. La corbata moderna nace a partir de tejidos pesados de hilo teñido: los jacquard y los rasos lisos. Dado que estas elaboraciones permitían una limitada variación de los colores, se introdujo el estampado. Los pequeños dibujos geométricos son recurrentes a fines del siglo XIX hasta la década del ‘20. Las fantasías exóticas y los colores fuertes de los años ‘20 fueron sustituidos por colores más tenues en estilo Windsor y por el diseño cachemire en la década del ‘30. En la década del ‘60 estaban de moda las flores y las fantasías típicas del estilo hippie. Los motivos llamativos de la década del ‘70 dejan lugar una vez más a colores menos brillantes y a los diseños de las décadas del ‘80 y ‘90. El paladín del microdiseño es, sin lugar a dudas, Marinella, quien mantiene desde Nápoles con toda su fuerza una antigua tradición y justifica la supervivencia de enteras manufacturas. Elaboración Para evaluar la calidad de una corbata la primera prueba necesaria es la del tacto. Otro detalle a observar son las costuras: las corbatas de buena calidad están compuestas por tres piezas separadas, cosidas luego a máquina. Totalmente invisible pero siempre presente, la entretela está siempre en el interior de la corbata. Los fabricantes están aún hoy en busca de la entretela ideal, a base de algodón, de lana, mezclada con fibras sintéticas o de composición secreta. La única corbata que se destaca de todo esto es la de Siete pliegues, una preciosa obra de arte para cuya construcción es preciso contar con un gran cuadrado de seda y plegarlo 7 veces hasta obtener propiamente una corbata. Nudos En la iconografía simbólica masculina el nudo representaba la unión, el matrimonio, la fertilidad y, por consiguiente, la vida. En 1828 H. Le Blanc escribe “El arte de anudar la corbata” ilustrando las posibles variantes de realizar el nudo con las corbatas de esa época. Lord Brummel decreta: "La corbata es el hombre" e inventa un nudo suyo. A fines del siglo XIX se vuelve a la homogeneidad, a la forma única. La época victoriana, con sus rigores, nivela los gustos. Las corbatas se venden con los nudos ya hechos, sean éstas de tipo clásico o papillon, con nudo pequeño o enorme, según las preferencias. Eduardo VII, a principios del siglo XX, inventa la corbata de nudo libre, la antecesora de la actual. El nudo libre convive con la Lavallière de colores brillantes y de puntas amplias. El nombre del nudo Four in Hand, llamado también americano, simple o de cuatro pasos tiene origen en el homónimo club londinense del siglo XIX. Es actualmente el más difundido. Eduardo VIII, duque de Windsor, introduce en 1930 un nudo voluminoso que debe ser perfectamente simétrico. Hasta el 1900 existía un solo modo de hacer el nudo; a partir de los años Treinta surgen otros dos y en 1989 se descubre un cuarto, el nudo Pratt. A fines de los años 90, dos investigadores de la Universidad de Cambridge demostraron mediante modelos matemáticos que una corbata convencional tiene ochenta y cinco nudos posibles. Artesanía de excelencia Elegancia, cultura proyectual, tradición e investigación estilística. Estas son las virtudes extraordinarias que el resto del mundo atribuye de manera unánime a la industria italiana. Gracias a una larga tradición y a la incomparable capacidad de los artesanos, el exquisito gusto italiano, ha conquistado los mercados de todo el mundo. Tejidos Las corbatas pueden ser de diferentes materiales. El más común y agradable es, sin lugar a dudas, la seda pero se confeccionan también en cachemire, lino, lana. La corbata de seda acapara la mayor parte del mercado y representa, en todo el mundo, la más oficial y clásica. Los tejidos jacquard, que son hilados de color, son más pesados y costosos. En la historia más reciente, existen tres orientaciones estilísticas para grandes líneas: la inglesa, la francesa y la italiana o comasca. Fuente: institutostrasser.com La corbata un accesorio indispensable de la elegancia masculina La corbata: inútil y necesaria La corbata expresa la personalidad de quien la usa, y se vuelve instrumento de gran importancia en las relac... Seguir leyendo... septiembre 16, 2010